miércoles, 3 de julio de 2013

Nuestra Señora del Refugio


Nuestra Señora del Refugio


Por el año de 1690, en una colina llamada Cerro Prado - Italia, había una extensa y boscosa región infestada de salteadores y de malos espíritus.


Un campesino llamado Antonio Rossi, buscando la manera de ahuyentar de allí aquellos habitadores inquietantes que impedían el libre y seguro tránsito, pensó recurrir al auxilio poderoso de la Virgen Santísima y colocó, en tronco hueco de una encina, una imagencita de Nuestra Señora con el Niño Jesús en su regazo.


Su fe no quedó frustrada, cesaron los asaltos y desaparecieron los estruendos satánicos. Los pacíficos y agradecidos caminantes, detenían su paso para orar ante la Virgen.


Era tan pobre la imagen que ya que comenzaba a recibir culto, bueno era colocar otra más devota y presentable. Se intentó removerla del tronco y no se pudo: el tosco bajo relieve "parecía en él nacido"; con ese prodigio, corrió la fama y creció el culto a la Virgen del Encina. Pronto una humilde capillita cobijó el tronco venerable. Un templo de regular tamaño encerró la imagen y el tronco, la capilla primitiva y sus paredes se llenaron de retablos. En el siglo XVIII, un piadoso misionero jesuita el P. Antonio Baldinucci obtuvo una copia, la encuadra en precioso marco, la lleva en sus correrías apostólicas y la constituye Patrona de sus Misiones, invocándola con el sugestivo título de "Refugio de los Pecadores".


Desde ese momento aparece la advocación de la Virgen del Refugio. Hace tantos prodigios, convierte a tantos pecadores, que el Beato Baldinucci se siente movido a solicitar su coronación. El señor Papa Clemente XI accede de buen grado y delega al Cardenal Aníbal Albani que la corona solemnemente un 4 de julio de 1717 en Frascati. El santo misionero escribió: "cuánto se enfureció el demonio por esta Coronación...", y murió de gozo cuatro meses después.



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