jueves, 5 de septiembre de 2013

Convoca el Papa Francisco a jornada de oración y ayuno por la paz • “¡La hum...

Convoca el Papa Francisco a jornada de oración y ayuno por la paz



• “¡La humanidad tiene necesidad de ver

gestos de paz y de escuchar palabras de esperanza y de paz!”, dijo el Santo

Padre



“Nunca más la guerra” fue el grito del Papa

Francisco al convocar a toda la Iglesia para que, el próximo sábado 7 de

septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz , se una en una

jornada de oración y ayuno por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo

entero.



“¡La

humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de escuchar palabras de

esperanza y de paz! Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir

este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención”,

expresó el Santo Padre poco antes del rezo del ángelus.



“Que

el grito de la paz se eleve alto para que llegue al corazón de todos y todos

dejen las armas y se dejen guiar por el anhelo de paz” dijo al anunciar esta

iniciativa a la que invitó a unirse a los hermanos cristianos no católicos, a

los pertenecientes a las demás religiones y a todos los hombres de buena

voluntad, según el modo que consideren más oportuno.



“Hoy, queridos hermanos y hermanas, quisiera

hacerme intérprete del grito que sube de todas partes de la tierra, de todo

pueblo, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad,

con angustia creciente: ¡es el grito de la paz! El grito que dice con fuerza:

¡queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que

en nuestra sociedad, destrozada por divisiones y por conflictos, estalle la

paz; nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado

precioso, que debe ser promovido y tutelado”, destacó el Papa Francisco en su

mensaje..



Manifestó

además que vive con particular “sufrimiento y preocupación” todas las

situaciones de conflicto que hay en la tierra, pero que en estos días su

corazón “está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y

angustiado por los dramáticos desarrollos que se presentan”.



Y

alzo su voz para dirigir un fuerte llamamiento por la paz, “¡un llamamiento que

nace de lo íntimo de mí mismo! ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación, cuánto

dolor ha traído y trae el uso de las armas en aquel martirizado país,

especialmente entre la población civil e inerme! ¡Pensemos en cuantos niños no

podrán ver la luz del futuro!”



Con

firmeza condeno el uso de las armas químicas: “les digo que tengo aún fijas en

la mente y en el corazón las imágenes terribles de los días pasados! ¡Hay un

juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones al

que no se puede escapar! Jamás el uso de la violencia lleva a la paz. ¡Guerra

llama guerra, violencia llama violencia!”.



El

Santo Padre también pidió con toda su fuerza a las partes en conflicto “que

escuchen la voz de su propia conciencia, que no se cierren en sus propios

intereses, sino que miren al otro como un hermano y emprendan con coraje y con

decisión la vía del encuentro y de la negociación, superando la ciega

contraposición” y exhortó a Comunidad Internacional a hacer todo esfuerzo para

promover, “sin ulterior demora, iniciativas claras por la paz en esa nación,

basadas en el diálogo y en la negociación, por el bien de la entera población

Siria”.







“Que

no se ahorre ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a quien

está afectado por este terrible conflicto, en particular a los evacuados en el

país y a los numerosos prófugos en los países vecinos. Que a los agentes

humanitarios, empeñados en aliviar los sufrimientos de la población, se les

asegure la posibilidad de prestar la ayuda necesaria”, llamó el Sumo

Pontífice..



“¡Que

una cadena de empeño por la paz una a todos los hombres y a las mujeres de

buena voluntad! Es una invitación fuerte y urgente que dirijo a la entera

Iglesia Católica, pero que extiendo a todos los cristianos de las demás

Confesiones, a los hombres y mujeres de toda religión y también a aquellos

hermanos y hermanas que no creen: la paz es un bien que supera toda barrera,

porque es un bien de toda la humanidad”, añadió.



Además

reiteró que “no es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto la

que construye la convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino la

cultura del encuentro, la cultura del diálogo: éste es el único camino hacia la

paz”.



Para

finalizar pidió a la Virgen María “que nos ayude a responder a la violencia, al

conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del

amor.



El

Papa Francisco presidirá la jornada de oración y ayuno por la paz en la Plaza

de San Pedro, de las 19:00 a las 24:00 horas de Roma.





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