jueves, 5 de septiembre de 2013

Lectio Divina: “El que se enaltece será humillado” Reflexión En la enseñanza...

Lectio Divina: “El que se enaltece será humillado”



Reflexión



En

la enseñanza de este domingo vemos cómo aplicaba Jesús sus principios. Su

recomendación de no buscar los primeros sitios en las fiestas responde al

principio: “el que se ensalza a sí mismo será humillado y el que se humilla

será enaltecido”. Preguntémonos ¿De dónde sacaba Jesús estos principios?... el

Señor aprendió de sus papás y de la Escritura muchos proverbios, los cuales

pudo aplicar en su vida y le ayudaron. Pero este principio expresado en el

texto de hoy parece ser una convicción personal adquirida de su propia

experiencia. De la misa forma de ser del Señor, podemos observar que nuca peleó

por primeros lugares o privilegios. Tampoco consta que perteneciera a algún

grupo poderoso ni religioso ni político. Jesús rechazó las indagaciones que

Herodes intentaba hacer sobre su persona y en general fue tenido más bien por

amigo de publicanos y pecadores. En este punto puedo constatar que Jesús vivió

según sus principios y esto le reportó una vida más íntegra; también podemos

ver que era consciente de tener unos valores que compartir con otros para

orientar su vida. Aquí me puedo preguntar, en primer lugar, ¿qué tan consciente

soy de mis propios principios? No se trata de referirme a valores aceptados

generalmente y que yo profeso para quedar bien; podemos preguntarnos, realmente

¿cuál o cuáles son las motivaciones de mi actuar, de mis palabras y

sentimientos? La siguiente pregunta que me puedo hacer es si estas motivaciones

profundas de mi obrar concuerdan con las del Señor Jesús.







Contemplación



San

Ignacio de Loyola proponía a los ejercitantes espirituales un ejercicio de

discernimiento que involucra la imaginación, y que nos ayuda a descubrir la

verdadera o falsa bondad de nuestras elecciones. Propone que imaginemos que

hemos muerto y estamos delante del Señor, justo y misericordioso juez.

Entonces, ¿qué sentiría yo delante del Señor por haber elegido esto o haberlo

rechazado? Si siento vergüenza de haber elegido, entonces lo correcto es el

rechazo. Si siento vergüenza de haber rechazado, entonces lo correcto es haber

aceptado. Aplicándolo a mis principios o motivaciones puedo hacer el mismo

ejercicio: colocándome delante del Justo Juez, ¿este principio que guía mi

obrar me avergüenza? En caso de ser así es importante que renuncie a él. Si,

por el contrario, siento alegría y paz entonces este principio debe seguir

iluminando mi obrar.







Oración



Señor

Jesús, cuando nos hablabas de “velar y orar” a lo largo de la vida, ahora vengo

a comprender que me pides que valore los principios por los que guío mis

palabras y acciones. Muchas veces he tomado decisiones según formas de ser que

me han funcionado, que me han proporcionado éxito. Pero al mirarlas de frente a

Ti, me han causado vergüenza, tristeza. Muchas veces me ha importado más el

resultado, aunque los medios sean agresivos o no apegados a la verdad. Otras

veces he preferido estar con mis cosas que estar con mis seres queridos, siendo

que las personas son transparencia de Ti, más que las cosas. Mi buen Jesús, te

acepto como mi guía y maestro, concédeme aceptar tus principios y encontrar en

ellos la fuente de verdad y de felicidad para mí y para todos los que me

rodean. Amén







Compromiso



Una

vez que he descubierto zonas de mi persona a mejorar o aspectos a transformar

de fondo, puedo hacer un programa no mayor de un mes para atender cada aspecto.



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