Deposita Iglesia esperanza en laicos
• El Sr.
Arzobispo los llamó a continuar la “cadena de salvación”.
Los participantes del VIII Congreso de Laicos recibieron
orientaciones para transmitir el Evangelio a las nuevas generaciones, por parte
del Sr. arzobispo de México cardenal Norberto Rivera Carrera, durante su
homilía pronunciada en la parroquia de Santa María de la Anunciación, cerca de
las instalaciones del Centro Universitario Cultural.
El Sr. Arzobispo encabezó la Misa de la festividad de Santa
Rosa de Lima, y ante los laicos compartió una reflexión sobre los que –a su
consideración– son los dos principales problemas del catolicismo en la
actualidad: 1. La escasa formación permanente de fieles y sacerdotes; y 2. La
separación de fe y vida.
Este último problema es –también a su parecer– el más grave,
porque “al separar fe y vida, dejamos de influir en el mundo en que vivimos”.
El Sr. cardenal refirió que la respuesta de esta Iglesia particular a los retos
del presente, es darle vida a los contenidos del Concilio Vaticano II como
forma de presentar el Evangelio a las nuevas generaciones.
Como parte de esa labor evangelizadora de los laicos, el Sr.
Arzobispo recordó las palabras del Papa Francisco en la JMJ 2013 sobre “la
urgencia de proponer a los jóvenes valores inmateriales, que son: el corazón
espiritual de un pueblo, su memoria, su espiritualidad, la generosidad, la
perseverancia, la alegría…”
Agregó en este sentido que “si analizamos la problemática
que estamos viviendo en México, nos daremos cuenta que estamos ávidos
justamente de esos valores. Es el tesoro evangélico el que redescubre el
camino, porque parece que lo hemos perdido”.
Pero el mensaje del Sr. Cardenal reaviva las esperanzas:
“vemos que las personas que abren el corazón a ese Evangelio, también
transforman su vida, cambian su modo de pensar, su modo de ver la realidad de
su mundo”.
Compartió que esto es lo que se hace con iniciativas como la
Misión Juvenil, salir al encuentro de las nuevas generaciones, pero que no
solamente es una cuestión de los jóvenes, “sino de todos los que nos sentimos
llamados, los que estamos en el círculo de Jesús tenemos que salir a ese
encuentro”.
Hizo un llamado para prepararse cada vez más “para poder
transmitir eso que hemos recibido, y que no nos lo podemos quedar, o
simplemente decir que lo vamos a vivir nosotros. Si no lo transmitimos estamos
rompiendo esa cadena de salvación con la que tenemos que salir al encuentro de
las nuevas generaciones”.
El entusiasmo de estar unidos
Previo a la Santa Misa, se llevaron a cabo diversas
actividades del VIII Congreso de laicos en el auditorio Fra Angélico del Centro
Universitario Cultural. El P. César Corres Cadavieco presentó la ponencia “La
responsabilidad social en las Sagradas Escrituras”.
Compartió la sabiduría que entrañan los libros sagrados
desde la Creación hasta los Evangelios. Brevemente el P. Corres explicó cómo el
ser humano puede hallar su realización en el encuentro con el otro.
Habló de la generosidad, del compartir, y el vivir en la
“pobreza de espíritu”. No porque la pobreza sea en sí algo deseable, si no que
“pobreza espiritual” sirve para acompañar a los que menos tienen, y juntos
plantearse el reto de salir adelante, entre otras reflexiones.
La artística del clown y la mímica Lucero Velasco, actuó la
manera en cómo puede un laico salir al encuentro del hermano que se halla en
circunstancias difíciles. Fue un momento especial cuando ella se acercó a
abrazar a una persona del auditorio, y los presentes también se levantaron de
sus asientos para repartir abrazos con los demás.
Una dinámica demostró, más adelante, que es posible ponerse
de acuerdo en sociedad. Todo el auditorio aportó sus mejores ideas para
aumentar las áreas verdes de determinado lugar. Participaron, discutieron y
llegaron a las mejores conclusiones. Así se llevaron a cabo algunas actividades
del VIII Congreso, en un ambiente motivacional.
http://bit.ly/199TEBw
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.512921915448055.1073742
• El Sr.
Arzobispo los llamó a continuar la “cadena de salvación”.
Los participantes del VIII Congreso de Laicos recibieron
orientaciones para transmitir el Evangelio a las nuevas generaciones, por parte
del Sr. arzobispo de México cardenal Norberto Rivera Carrera, durante su
homilía pronunciada en la parroquia de Santa María de la Anunciación, cerca de
las instalaciones del Centro Universitario Cultural.
El Sr. Arzobispo encabezó la Misa de la festividad de Santa
Rosa de Lima, y ante los laicos compartió una reflexión sobre los que –a su
consideración– son los dos principales problemas del catolicismo en la
actualidad: 1. La escasa formación permanente de fieles y sacerdotes; y 2. La
separación de fe y vida.
Este último problema es –también a su parecer– el más grave,
porque “al separar fe y vida, dejamos de influir en el mundo en que vivimos”.
El Sr. cardenal refirió que la respuesta de esta Iglesia particular a los retos
del presente, es darle vida a los contenidos del Concilio Vaticano II como
forma de presentar el Evangelio a las nuevas generaciones.
Como parte de esa labor evangelizadora de los laicos, el Sr.
Arzobispo recordó las palabras del Papa Francisco en la JMJ 2013 sobre “la
urgencia de proponer a los jóvenes valores inmateriales, que son: el corazón
espiritual de un pueblo, su memoria, su espiritualidad, la generosidad, la
perseverancia, la alegría…”
Agregó en este sentido que “si analizamos la problemática
que estamos viviendo en México, nos daremos cuenta que estamos ávidos
justamente de esos valores. Es el tesoro evangélico el que redescubre el
camino, porque parece que lo hemos perdido”.
Pero el mensaje del Sr. Cardenal reaviva las esperanzas:
“vemos que las personas que abren el corazón a ese Evangelio, también
transforman su vida, cambian su modo de pensar, su modo de ver la realidad de
su mundo”.
Compartió que esto es lo que se hace con iniciativas como la
Misión Juvenil, salir al encuentro de las nuevas generaciones, pero que no
solamente es una cuestión de los jóvenes, “sino de todos los que nos sentimos
llamados, los que estamos en el círculo de Jesús tenemos que salir a ese
encuentro”.
Hizo un llamado para prepararse cada vez más “para poder
transmitir eso que hemos recibido, y que no nos lo podemos quedar, o
simplemente decir que lo vamos a vivir nosotros. Si no lo transmitimos estamos
rompiendo esa cadena de salvación con la que tenemos que salir al encuentro de
las nuevas generaciones”.
El entusiasmo de estar unidos
Previo a la Santa Misa, se llevaron a cabo diversas
actividades del VIII Congreso de laicos en el auditorio Fra Angélico del Centro
Universitario Cultural. El P. César Corres Cadavieco presentó la ponencia “La
responsabilidad social en las Sagradas Escrituras”.
Compartió la sabiduría que entrañan los libros sagrados
desde la Creación hasta los Evangelios. Brevemente el P. Corres explicó cómo el
ser humano puede hallar su realización en el encuentro con el otro.
Habló de la generosidad, del compartir, y el vivir en la
“pobreza de espíritu”. No porque la pobreza sea en sí algo deseable, si no que
“pobreza espiritual” sirve para acompañar a los que menos tienen, y juntos
plantearse el reto de salir adelante, entre otras reflexiones.
La artística del clown y la mímica Lucero Velasco, actuó la
manera en cómo puede un laico salir al encuentro del hermano que se halla en
circunstancias difíciles. Fue un momento especial cuando ella se acercó a
abrazar a una persona del auditorio, y los presentes también se levantaron de
sus asientos para repartir abrazos con los demás.
Una dinámica demostró, más adelante, que es posible ponerse
de acuerdo en sociedad. Todo el auditorio aportó sus mejores ideas para
aumentar las áreas verdes de determinado lugar. Participaron, discutieron y
llegaron a las mejores conclusiones. Así se llevaron a cabo algunas actividades
del VIII Congreso, en un ambiente motivacional.
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