jueves, 5 de septiembre de 2013

Tiene la iglesia de San Bernardino de Siena su propio libro • Leyendas, tradici...

Tiene la iglesia de San Bernardino de Siena su propio libro



• Leyendas, tradiciones, costumbres e historia, forman parte de esta obra que ya se encuentra a la venta.



“San Bernardino de Siena constituyó desde siempre, y sigue constituyendo, un centro desde el cual se irradia la evangelización”, así lo dijo el cardenal Norberto Rivera Carrera en el 2010, en el marco del 475 aniversario de la fundación de este templo, una efeméride que dio pie a un gran trabajo de investigación que hoy se ve reflejado en el libro Parroquia San Bernardino de Siena.

La obra –escrita por el Sr. Rodolfo Cordero López– reúne la historia, leyendas y tradiciones que han girado en torno a este recinto sagrado desde 1535, año en que comenzó su construcción, y tiene como finalidad generar en los lectores una mayor conciencia sobre al valor religioso y cultural que posee.

En entrevista para Desde la fe, el autor del libro explicó que esta obra surgió de una genuina inquietud y necesidad del pueblo de Xochimilco por conocer más este templo, pues sin duda es parte importante de su vida religiosa.“Ya existían tesis, libros y escritos en general sobre la iglesia, pero cuando al P. Adrián Huerta Mora, párroco de San Bernardino,se le planteó la posibilidad de hacer un libro con ese material, lo aceptó de manera entusiasta y comenzamos a trabajar en el proyecto”, dice.

La recopilación de la información y la redacción del texto llevó casi cuatro años, tiempo suficiente para elaborar una obra cuidada, que incluyera la mayor cantidad de datos, desde la cosmogonía xochimilca hasta la descripción del arte sacro que embellece los muros del templo, pasando por el conjunto conventual, la Capilla de la Tercera Orden Franciscana y la propia espiritualidad del pueblo.

Editado por Leyenda, el libro tiene poco más de 120 páginas, que dan cuenta de una gran cantidad de datos desconocidos,o poco conocidos, de esta iglesia, incluso por quienes la visitan diariamente.

Entre otras cosas –explica el Sr. Cordero– el libro aporta información nueva y fidedigna que refuta argumentos de algunos investigadores, como la fecha en que fue construido el retablo principal, que es de principios del siglo XVII, y no de finales del siglo XVI, como afirman algunos: “Esto se desprende de una denuncia por parte de los artistas nativos que lo elaboraron–cuyos nombres se encuentran en el libro–, en contra del guardián del taller de Santa Cruz de Tlaltelolco”.

Asegura que otro dato curioso, poco sabido, es que Xochimilco fue sede de la capital del virreinato a principios de la segunda mitad del siglo XVI, lo que revela la importancia que tenía el templo en la Nueva España.

“Aquí habitó el virrey Álvaro Manrique de Zúñiga y su esposa, a quien le gustaba pasear por los canales. En una ocasión hubo una riña a elotazos, y a un familiar del virrey le pegaron en las narices. Son cosas curiosas pero muy interesantes que la mayoría desconocemos”.

Agregó que en otros tiempos,el templo albergó reliquiasde santos muy importantes. Y es que, tras la conquista, se suscitó una grave epidemia que obligó al pueblo a organizarse para hacer rogaciones; los sacerdotes les llevaron una reliquia de san Sebastián, pero la mortandad no cesó; lo mismo ocurrió con Santiago. Fue la intercesión de san Bernardino lo que logró acabar con esta epidemia,y esto le valió para convertirse en el santo patrono del templo.

La historia de este inmueble encierra también algunos sucesosrelacionados con la idolatría. Refiere el Sr. Cordero que en el interior del templo existían unos pasillos altos, cubiertos de balaustras, desde donde se podía participar en Misa. Cuando esos pasillos se quitaron, se encontraron debajo de la balaustrada los ídolos de los calpullis de Xochimilco. “Es más, aún se puede encontrar cierta relación entre los festejos actuales con el idolatrismo de aquella época”, afirma.

Sobre el claustro, asegura que las columnas de corte italiano que lo sostienen fueron hechas con piedras de la región, posiblemente de Santa Cruz Acalpixca, donde había betas de cantera rosa. Son de dos piezas y se hallan ahí desde el siglo XVI. Pero se habla de un segundo claustro que fue destruido, y que podría haber estado cerca de donde se encuentra la librería, junto a la sede del Obispo.

Señaló que en el claustro, cerca del Portal de Indios, se impartían clases, tanto a los sacerdotes como a los naturales, de literatura y religión, y se ofrecían talleres. “Pero los movimientos sociales los fueron deteriorando… en época de la Revolución, por ejemplo, la porciúncula estaba tapiada y era utilizada como paredón de fusilamiento. Aquí vivieron los revolucionarios”.

Con relación a las pinturas que se encuentran en la pared oriente del claustro alto, y en la pared poniente del claustro bajo, don Rodolfo precisa que se trata de símbolos religiosos, expresiones de pintura mural que los franciscanos utilizaban para evangelizar. Todavía es posible ver algunos ángeles, aves, listones y alegorías de hojas.

“También hemos visto que atrás del Retablo Mayor existe un aplanado cóncavo donde hay una pintura muy grande, en acuarela, que quedó sepultada al colocar el ensamblado del retablo. Es una pintura del siglo XVI cuyo autor se desconoce”, agregó.

En torno a las diferentes imágenes del Santo Patrono en el templo, dijo que hace muchos años se hablaba de una escultura que tenía en la parte posterior una puerta pequeña, por donde se habían introducido varios libros y hojas de colores que daban cuenta del territorio que le pertenecía a san Bernardino; es decir, los códices de Xochimilco, que llegaba hasta Atlixco, Puebla, y abarcaba parte del estado de Morelos. Esa imagen se perdió o la robaron.

Finalmente, explicó que antaño había entre 14 y 16 retablos, de los cuales sólo quedan ocho: “Algunos estudiosos de arte aseguran que los retablos actuales tienen parte de otros retablos antiguos; es decir, había más, pero se fueron destruyendo, y las imágenes fueron colocadas en otros para que permanecieran”.

Don Rodolfo Cordero hizo hincapié en que el libro es una respuesta al deseo de la comunidad de saber más sobre la Parroquia San Bernardino de Siena y cuáles son las riquezas iconográficas, históricas, monumentales de la Nueva España que se conservan hasta nuestros días.

“Este trabajo nos debe llevar a valorar el templo para cuidarlo porque, además de ser la casa de Dios, es un monumento de arte sacro que fue y sigue siendo muy importante, tanto que forma parte del Patrimonio de la Humanidad”, señaló.

El Sr. Cordero, quien ha escrito diferentes artículos en periódicos y revistas sobre tradiciones y costumbres de Xochimilco, agradeció a Mons. Andrés Vargas Peña, obispo auxiliar en la VIII Vicaría, y al P. Adrián Huerta Mora, párroco de San Bernardino de Siena, por el apoyo brindado para la realización de este trabajo, que se ya se encuentra a la venta en las oficinas parroquiales.





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