jueves, 5 de septiembre de 2013

San Gregorio Magno Nació en Roma en el año de 540, Su Padre Gordiano “Senador”...

San Gregorio Magno



Nació en Roma en el año de 540, Su Padre Gordiano “Senador” Muy rico, después del nacimiento de su hijo se consagró enteramente a Dios y al servicio de los pobres. Su Madre Silvia, ella fue una persona Ilustre y Virtuosa. Pasó los últimos años de su vida en contemplación en un pequeño oratorio adonde se retiró.



Dotado de excepcional inteligencia y brillante memoria. Gregorio aprendió con facilidad las letras divinas y humanas. Mientras su padre vivió; Gregorio tomó parte en la vida del Estado y llegó a ser Prefecto de Roma. Con su muerte, resolvió retirarse del mundo y consagrarse a Dios.



Con su gran fortuna, fundó seis monasterios en Sicilia. Un monasterio en Roma, en su palacio, con el nombre de San Andrés al Celio. Ahí tomó el hábito religioso. El Emperador Justino lo nombró, en 574, Magistrado Principal de Roma, tenía solo 34 años.



Fue ordenado diácono y en 578 el Papa Benedicto I lo ordenó Presbítero. Más tarde el Papa Pelagio II lo envió a Constantinopla, como legado y embajador junto al emperador Tiberio. Su misión principal consistía en mover al emperador y poner orden en Italia.



En 586; Las aguas del Tíber alcanzaron en algunos puntos más altura que las murallas. Personas ahogadas, palacios destruidos, los graneros de la Iglesia inundados, hambre y finalmente la peste. Causo una epidemia de peste, que se extendió por Roma, superpoblada de refugiados de los avances lombardos. Una de las primeras víctimas de la peste fue el papa Pelagio II.



Ante aquel espectáculo: Clero, Senado y Pueblo Reunidos; Eligieron Papa a San Gregorio



La misión en que se distinguió fue por:

SU ORATORIA, POLÍTICA TOLERANTE, ADMINISTRACIÓN ATINADA, INTERÉS MISIONERO EN INGLATERRA Y ESPAÑA, TACTO EN LA REFORMA DEL CLERO Y LA LITURGIA



Gregorio es autor de una Regula Pastoralis, Manual de Moral y de Predicación destinado a los obispos. La reforma de más grande Fama es la del llamado “CANTO GREGORIANO”



Llamado en su honor el Antifonario de los cantos gregorianos. En el año 600 d. C. ordenó que se recopilaran los escritos de los cánticos o himnos cristianos primitivos (conocidos también como Antífonas, Salmos o Himnos); dichas liturgias de alabanza a Dios eran celebradas en las antiguas catacumbas de Roma ya en el año 52 d. C., iniciadas por Simón Pedro al margen del gobierno romano que, por supuesto, celebraba sólo fiestas paganas.



Estas antífonas fueron perdidas debido al cisma o diáspora de los ciudadanos romanos por las constantes “Guerras Romano-Bárbaras Al Tratar De Catequizarlas” (Edicto de Tesalónica). También contribuyeron los cambios de estructura de los cantos por personas que decidieron crear sus obras propias y gustos a la desaparición de estos documentos.





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